Elizabeth Hernandez was born on May 17, 1952, in Havana, Cuba. She was a woman of faith who was loving, energetic, humble, genuine, festive, and selfless. She loved music, the beach, gardening, and spending time with her family. She especially loved to dance salsa—though you would never guess that she learned to dance in just one day when she was a teenager!
Growing up in a communist country was no easy feat. Her father was a police officer, and she would bring him meals with her mother to the ward. Her mother would send her to relatives’ houses who needed care or chores done. Her father would send her to exchange his cigarettes for chickens to then sell to the santeros for a certain amount, and she’d always bargain her way up to bring home more money than expected. Her childhood was marked by hardship, household chores, and unimaginable sights, but the struggles helped shape her into a strong, hard-working woman.
After graduating high school, she caught the attention of a young man at Parque de Los Chivos in Havana, who would soon become her husband. In 1973, she married Omar with a modest ceremony and borrowed wedding dress. Later that year, they welcomed their first-born daughter. Soon after, she lost her father. An only child, her mother would live with her moving forward.
After 7 years of marriage, the family migrated to the United States via the Mariel Boatlift. After navigating the rough waters for 12 hours, they reached the shores of Key West, Florida just one day before her birthday in 1980. It was the beginning of a new life, starting from scratch in a new country with a new language. After 3 months in Miami, they moved to what would become their forever city, Lakeland, Florida. In 5 short years, they bought a house and welcomed their second daughter. Elizabeth was an incredible mother, wife, and daughter, who had many talents and was not afraid to get her hands dirty. She held several jobs over the years, including a owning a linen rental business.
After becoming an empty nester, she would garden, dance, cook, help her husband with his upholstery work, and of course, spend time with her grandchildren! The love for her family and friends is immeasurable. She always put everyone else first and made sure everyone knew how much she meant to them. And we can’t forget her sense of humor. Her laugh was infectious—even if you had no idea what happened, you just had to start laughing too.
When she was diagnosed with chronic kidney disease, she remained positive, leaned in on her faith, and underwent all the necessary treatments to buy her time to watch her grandkids grow up. She made the most of every moment and never gave up her faith in God. She now rests with her father Bernardo, mother Bella “Aurora”, and granddaughter Natalia, who precede in her death. She is survived by her husband of 50 years, Omar, her daughter Marlene, son-in-law Carlos, and grandchildren: Alex, Kevin, Gia, Giancarlo, and Arabella.
May you continue to dance salsa in Heaven!
Elizabeth Hernández nació el 17 de mayo del 1952 en La Habana, Cuba. Era una mujer de fé, energética, humilde, genuina, alegre, y siempre atenta a los demás. Le gustaba la música, la playa, la jardinería, y estar con su familia. Específicamente le encantaba bailar salsa—¡quien hubiera pensado que aprendió a bailar en solo un día cuando era una jovencita!
Crecer en un país comunista fue difícil. Desde niña vio cosas que no podemos imaginar. Su papá era policía, y ella iba con su mamá al cuartel todos los días a llevarle comida. Su mamá la mandaba las casas de sus familiares que necesitaban ayuda. Su papá la mandaba a cambiar los cigarrillos por gallinas para después vendérselas a los santeros. Él le decía que pidiera cierta cantidad, pero ella siempre negociaba para traerle más dinero de lo que él le había pedido. Su niñez no fue nada fácil, pero eso la hizo una mujer fuerte, humilde, trabajadora y agradecida.
Después de graduarse de la escuela secundaria, un jovencito se fijó en ella en El Parque de Los Chivos en La Habana, el que pronto se convertiría en su esposo. En el 1973, se casó con ese jovencito en una ceremonia modesta con un vestido prestado. Al finalizar ese año, tuvieron a su primera hija. Pronto después, falleció su papá. Al ser hija única, su mama vivió con ella a partir de ese momento, y siempre cuidó de su mamá.
Después de siete años de matrimonio, emigró a los Estados Unidos en el Éxodo de Mariel. Después de 12 arduas horas en el mar violento, llegaron a la costa de cayo hueso en la Florida, justo un día antes de su cumpleaños en el 1980. Ese fue el comienzo de una vida nueva, empezando desde cero, en un país nuevo con un idioma nuevo. Después de vivir en Miami tres meses, se mudaron para Lakeland, Florida y ahí se quedaron. En cinco cortos anos, compraron casa y tuvieron a su segunda hija.
Elizabeth fue la mejor madre, esposa e hija. Tenia muchos talentos y siempre dispuesta a trabajar y ayudar en lo que fuera. Tuvo varios trabajos a través de los anos, incluyendo su negocio de alquilar mantelería. Le encantaba atender las plantas y que su casa siempre estuviera limpia y bien bonita. Le gustaba la cocina, ayudar a su esposo en la tapicería, y por supuesto, ¡consentir a sus nietos y bailar! El amor que ella le tenia a su familia y amistades es infinito y siempre le hacía saber a todos cuanto los quería y apreciaba. ¡Y no podemos olvidar su sentido del humor! Su risa era única—con solo escucharla a ella reír te hacia reír, aunque no supieras de qué se reía.
Cuando fue diagnosticada con insuficiencia renal, no dejó de mantenerse positiva. Se apoyó en su fe y se sometió a todos los arduos tratamientos necesarios para conseguir un poquito mas de tiempo con su familia y ver sus nietos crecer. No desaprovechó ningún momento, y nunca perdió su fe en Dios. Ahora descansa con su papá Bernardo, su mamá Bella “Aurora”, y su nieta Natalia, quienes la preceden en su muerte. Le sobreviven su esposo de 50 años Omar, su hija Marlene, su yerno Carlos, y sus nietos: Alex, Kevin, Gia, Giancarlo, y Arabella.
¡Que sigas bailando salsa en el cielo!
Saturday, November 4, 2023
5:00 - 6:00 pm (Eastern time)
Heath Funeral Chapel
Saturday, November 4, 2023
6:00 - 8:00 pm (Eastern time)
Heath Funeral Chapel
Sunday, November 5, 2023
Starts at 11:00 am (Eastern time)
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